lunes, 7 de diciembre de 2015


O. Martínez, integrante de Makerspace PR destacó la importancia de demostrar a los jóvenes que no requieren de grandes cantidades de dinero para trabajar proyectos de tecnología.

MAYAGÜEZ – La fuga de profesionales ocasionada por la crisis económica de Puerto Rico ha generado preocupación multisectorial ante la posibilidad de que escasee talento en áreas como manufactura, a nivel académico y tecnología. Consciente de ello, el colectivo mayagüezano Makerspace PR propone una simple solución para contrarrestar el problema: la educación



El grupo desarrolla una serie de talleres dirigidos a jóvenes de comunidades de escasos recursos con el fin de exponerlos a tecnologías emergentes como la robótica y la fabricación digital, y demostrarles cómo se pueden combinar con disciplinas clásicas como la ebanistería y la artesanía para obtener innovadores resultados.
“Una de las preocupaciones más grandes que nosotros tenemos es que los puertorriqueños preparados en el uso de la tecnología están saliendo del País. Y, ¿quiénes quedan atrás?, aquellos que están menos expuestos a estas herramientas debido a que, en muchos casos, provienen de comunidades de escasos recursos. Si queremos apoyar a los que se están quedando aquí hay que darles las herramientas para que puedan echar pa’lante”, expresó el cofundador de Makerspace PR.
La iniciativa, que entraría en vigor a principios del próximo año, envuelve la creación de un programa educativo dirigido a complementar los cursos impartidos en los planteles escolares. Ello, para que el estudiante aprenda a utilizar la tecnología para producir en vez de convertirse en usuario de la misma.
“La filosofía detrás del movimiento ‘maker’ es la creación y es por esto que cada curso tiene como objetivo principal la elaboración de un producto, y es a través de este proceso que los estudiantes aprenderán cómo pueden aplicar la tecnología para su beneficio”, destacó Rullán.
Entre los 18 cursos que el colectivo ha diseñado como parte de la iniciativa se encuentra la construcción de una computadora utilizando equipo tipo ‘código abierto’ y televisores LCD cuyo costo ronda los $100. Para dicha actividad ya cuentan con cinco estaciones de trabajo que, idealmente, serán utilizadas cada una por dos estudiantes.
Makerspace PR ya desarrolló cinco estaciones de trabajo para ofrecer el taller de ensamblaje de computadoras.
Makerspace PR ya desarrolló cinco estaciones de trabajo para ofrecer el taller de ensamblaje de computadoras. (Suministrada)
“Además de educarlos queremos demostrarles que no necesitan de grandes cantidades de dinero para trabajar en este tipo de proyecto. Las herramientas están ahí, solo tienen que aprender a utilizarlas. Posiblemente nadie en su vida les ha planteado la posibilidad de hacer su propia computadora con menos de $300”, comentó otro integrante del grupo, Alex O. Martínez. 
Se buscan auspiciadores
Otros talleres girarán alrededor de la impresión en tres dimensiones, el uso de aplicaciones de diseño, la creación de ‘podcast’ y el uso de computadoras. Cada sesión requiere de materiales e instructores, por lo que los integrantes de Makerspace PR se encuentran trabajando una propuesta que les presentarán a potenciales auspiciadores.
“No queremos que un niño o una niña pierda la oportunidad de tomar estos talleres debido a la falta de recursos económicos, por lo que buscamos el auspicio de compañías privadas para cubrir los gastos operacionales y de esta manera no cobrarle nada a los jóvenes”, señaló Rullán.
De igual forma, el grupo de entusiastas de la tecnología saldrá a la calle para presentar su proyecto a comunidades de escasos recursos de la región oeste, y prepara una sesión especial que se llevará a cabo el próximo 12 de diciembre en el Corredor Tecnoeconómico de Puerto Rico (PRTEC) en la Sultana del Oeste.
“En estos momentos contamos con cinco estaciones de trabajo, pero nuestra meta es lograr crear al menos 10 de estas para diciembre para así impactar al menos 20 estudiantes”, añadió.
Otra de las metas del grupo es que una vez su propuesta esté terminada pueda ser utilizada por otros colectivos alrededor de la Isla.
“Queremos que este modelo sea replicable. La meta es que, de igual manera que en cada pueblo hay una biblioteca, este tipo de iniciativa esté presente en todos los municipios de la Isla. Lo único que necesitarán serán los recursos ya que nosotros podemos ayudarlos a preparar los talleres”, adelantó.

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